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La Cámara de Diputados de Formosa aprobó anoche un proyecto de ley que desató una fuerte controversia: la iniciativa declaraba la necesidad de una reforma completa de la Constitución provincial. La figura del gobernador Gildo Insfrán, quien lleva más de 25 años en el poder, quedó en el centro de la escena. La aprobación del proyecto ocurrió con veinte votos a favor de legisladores oficialistas y diez en contra de la oposición. La resolución estableció que en un plazo de doce meses, la provincia deberá convocar a elecciones de convencionales constituyentes para llevar a cabo la reforma.
La maniobra generó preocupación en ciertos sectores, ya que la Corte Suprema de Justicia había emitido recientemente una advertencia dirigida a Insfrán. Los antecedentes de fallos similares en otras provincias indicaban que el máximo tribunal podría seguir el mismo camino, cuestionando la reelección indefinida que el gobernador pretende asegurar.
Gildo Insfrán
Posturas encontradas en torno a la reforma
La reforma impulsada por Insfrán avanzó de manera exprés, sin el consenso necesario para un cambio tan profundo. La diputada Agostina Villaggi, de la Unión Cívica Radical (UCR), criticó duramente la medida, argumentando que detrás de ella se ocultaba el propósito de afianzar el poder del gobernador, quien buscaba eludir posibles fallos judiciales contrarios a su perpetuación en el cargo.
“Desde la UCR venimos pidiendo una reforma constitucional que limite la reelección de cargos ejecutivos en la provincia, algo que permitiría evitar que un mismo funcionario se mantenga en el poder sin límites“, señaló Villaggi. Para la legisladora, la iniciativa aprobada no respondía a una demanda de renovación democrática, sino a la intención de sortear un posible revés de la Corte que podría declarar inconstitucional la reelección indefinida en Formosa.
Reforma sin consenso: la oposición acusa al oficialismo de avanzar sin diálogo
El tratamiento del proyecto también provocó reclamos de la oposición, que acusó al oficialismo de actuar de manera unilateral, sin abrir canales de diálogo. Según Villaggi, los bloques opositores estaban dispuestos a apoyar una reforma constitucional que incluyera a todos los sectores políticos y sociales y que buscara realmente mejorar las condiciones de la provincia.
Sin embargo, el gobierno promovió un proyecto cerrado, cuyo único objetivo, según sus críticos, era consolidar la posición de Insfrán. “Este proyecto no es otra cosa que un intento de instaurar un sistema con características totalitarias y monárquicas“, advirtió Villaggi, quien describió a la provincia como una “tiranía” desde 2003, cuando el modelo de reelección indefinida permitió que el gobernador se perpetuara en el poder.
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La Corte Suprema, un factor de peso en la disputa
El papel de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se destacó como un elemento crucial en la disputa. Villaggi subrayó que la aprobación de la reforma no impedía que el máximo tribunal se pronunciara sobre la constitucionalidad de la reelección indefinida en Formosa. Si la Corte fallaba en contra de esta práctica, el proyecto reformista perdería su razón de ser. “Este gobierno pretende evadir la Constitución Nacional y la justicia, pero no lo vamos a permitir”, sentenció la diputada, anticipando una confrontación inevitable entre el oficialismo provincial y la Justicia.
La reforma, que se gestó en el calor de una sesión tumultuosa, prometía ser el prólogo de una lucha judicial y política, cuyo desenlace podría marcar un hito en la historia institucional de Formosa. Mientras tanto, el gobernador Insfrán continuaba sosteniendo su inmutable figura, forjada a lo largo de más de un cuarto de siglo en el poder, ante una provincia que se debate entre la resignación y la rebeldía.