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El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, presiona a los gobernadores para frenar la reforma.© NA
La oposición en Diputados decidió redoblar la apuesta y convocó a una sesión el próximo martes para reformar la Ley de Decreto de Necesidad y Urgencia y para rechazar, a su vez, el DNU 846 que le permite al ministro de Economía, Luis Caputo, refinanciar deuda sin pasar por el Congreso. El desafío abierto de Encuentro Federal, el peronismo y los radicales díscolos de Democracia para Siempre, que vienen trabajando hace días para alcanzar el número para el quórum, despertó la furia del presidente de la Cámara, Martín Menem, que salió a amenazar a los gobernadores con que, si ayudaban a la oposición, se quedarían sin Presupuesto 2025. Temeroso y dispuesto a jugarse la legitimidad en cada partido, el oficialismo observa que sus contrincantes tienen el número para anotarle dos derrotas y puso sobre la mesa su juego preferido: el del principio de revelación. Es decir, de un lado los que están con el Gobierno, del otro quienes están en contra.
Las espadas de Encuentro Federal y el peronismo terminaron de redactar la convocatoria al mediodía. Hasta el miércoles a última se dedicaron a porotear, no solo los votos para reformar la ley que regula el trámite de los DNU presidenciales, sino para sumar un tema que el peronismo viene reclamando hace semanas: el rechazo al DNU 846 que habilita al Ejecutivo a realizar canjes de deuda sin necesidad de pasar por el Congreso. Una facultad que Caputo, incluso, estrenó al día siguiente para realizar un canje de bonos CER.
Germán Martínez, en tanto titular de la bancada de Unión por la Patria, venía reclamándole un gesto a sus aliados desde que aceptó acompañar la reforma de la Ley 26.122 –impulsada por el peronismo durante el gobierno de Néstor Kirchner– y sus colegas de EF terminaron aceptando. Fue así que todos los bloques opositores aliados estamparon su firma en la convocatoria: el socialista Esteban Paulón, Emilio Monzó, Margarita Stolbizer, el cordobés Juan Brügge, Oscar Agost Carreño y Nicolás Massot, de parte de Encuentro Federal; Mónica Litza, Carolina Gaillard, Carlos Heller, Itai Hagman, Diego Giuliano y Julia Strada, de UxP; Pablo Juliano, Carla Carrizo y Fernando Carbajal, los radicales de Democracia Para Siempre (el bloque que rompió con la UCR de Rodrigo de Loredo); y el santacruceño Sergio Acevedo.
De traducirse estos nombres en votos de los bloques, la oposición contaría con 126 adhesiones, a los que deben sumarse los cinco del FIT. El número está justo –se necesitan 129–, pero confían en que llegarán. Para muchos, la inclusión del rechazo al DNU 846 significa, incluso, una maniobra para forzar al gobierno a tratar el Presupuesto 2025. ¿Por qué? Porque el contenido de ese decreto forma parte del texto original del proyecto de Presupuesto, a pesar de que el gobierno, pocos días después de haberlo publicado, optó por el camino rápido de asegurarle flexibilidad a Caputo para renegociar deuda a través de un DNU. La decisión de saltearse al Congreso con ese atajo reglamentario no cayó bien en la oposición, por lo que ahora desean forzar al gobierno a tratar el tema en el marco de la ley.
Por otro lado, detrás de toda esta maniobra especulativa se esconde la sospecha –compartida por radicales, peronistas, pichettistas e, incluso, algún que otro macrista– de que el Gobierno no quiere tratar el Presupuesto. Hace dos semanas que la comisión que preside José Luis Espert no se reúne y que los encuentros informales terminan en un callejón sin salida. Y, si bien la necesidad de enviar una señal de respaldo político al FMI pesa en la ecuación, varios empiezan a temer que Milei termine prefiriendo prorrogar –por segunda vez– el Presupuesto 2023. Y licuar así, de paso, los fondos destinados a todas las áreas (como Obra pública, Educación, Salud y Ciencia y Técnica).
Ahora, si el Congreso le quita a Caputo la herramienta para hacer canjes de deuda, el gobierno estará obligado a tratar el Presupuesto para recuperar esta facultad. O al menos ese es el razonamiento que tienen algunos opositores aliados. “Empodera a los gobernadores porque obliga al oficialismo a tener que sacar el Presupuesto”, explica un diputado de UxP que se encargó de presionar para incluir el rechazo al DNU 846.
Operativo presión a los gobernadores
La inclusión del DNU 846 despertó, sin embargo, las alarmas de La Libertad Avanza, que ya estaba resignada a perder la reforma de la Ley de DNU. Si bien es más grave para el gobierno de Milei la sanción de la reforma de la Ley de DNU –ya que, por ejemplo, establece plazos de tratamiento que, de no cumplirse, derivará en la inhabilitación automáticamente cualquier decreto presidencial–, el oficialismo sabe que, en última instancia, puede vetar la ley. Pero no puede vetar el rechazo de un DNU.
Por este motivo, apenas se conoció la convocatoria, el oficialismo salió con los tapones de punta a presionar al eslabón más débil: los gobernadores. Menem se encargó de trasmitir el mensaje, “No va a haber Presupuesto 2025 y los gobernadores se van a quedar sin plata”, amenazaron desde la conducción libertaria. No solo eso, sino que LLA decidió aplazar también la sesión que tenía planeada para el miércoles. A pedido del PRO, el oficialismo iba a convocar una sesión para aprobar Ficha Limpia (una ley que impide candidatearse a cualquier persona que haya sido condenada por corrupción en segunda instancia) el mismo día que Casación se disponía a ratificar la condena de Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad. Una provocación dirigida directamente contra la expresidenta que, sin embargo, terminó en pausa hasta que se resuelva la votación del martes. “Por ahora, estamos solo buscando votos para evitar el rechazo del DNU”, deslizó un diputado libertario.
En la oposición observan con preocupación la operaciones de presión de Menem. Saben que ninguno de sus bloques está blindado a la presión de los gobernadores, y temen que las amenazas del oficialismo surtan efecto. Al cierre de esta edición, la oposición contabilizaba unos 132 votos a favor de la reforma de la Ley y del rechazo del DNU, y confiaban de poder sumar otras adhesiones de complicarse el panorama. Se muestran confiados, pero saben que, hasta el martes a la mañana, el gobierno operará con fiereza para voltear la sesión.